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      Todo lo que Necesitas Saber sobre Hidratación en Verano

      Introducción

      El verano español trae consigo temperaturas que pueden superar los 40°C en muchas regiones, lo que convierte la hidratación adecuada en una prioridad para la salud. Según datos del Ministerio de Sanidad, los casos de deshidratación aumentan hasta un 30% durante los meses estivales, y las visitas a urgencias por golpes de calor se incrementan en un 25%. Estudios recientes demuestran que una deshidratación de apenas el 2% del peso corporal puede reducir el rendimiento físico y mental hasta en un 20%, afectando nuestra capacidad para disfrutar plenamente de las actividades veraniegas. Esta guía completa te proporcionará toda la información necesaria para mantener una hidratación óptima durante el verano, adaptada a diferentes perfiles, actividades y condiciones climáticas específicas de España.

      Por qué la Hidratación es Crucial en Verano

      Efectos del calor en el cuerpo

      Durante el verano, nuestro cuerpo se enfrenta a un desafío termorregulador significativo. Las altas temperaturas activan mecanismos de enfriamiento natural, principalmente la sudoración, que puede multiplicarse por tres en comparación con otras estaciones. Un adulto promedio puede perder entre 0.5 y 1 litro de sudor por hora durante actividades moderadas en días calurosos, cifra que puede duplicarse en condiciones de calor extremo o durante ejercicio intenso.

      El sistema cardiovascular trabaja más intensamente para mantener la temperatura corporal, aumentando el flujo sanguíneo hacia la piel y extremidades. Este proceso, conocido como vasodilatación periférica, puede incrementar la frecuencia cardíaca entre un 5-10% por cada grado que aumenta la temperatura corporal, exigiendo un mayor volumen sanguíneo que solo puede mantenerse con una hidratación adecuada.

      Pérdida de líquidos por sudoración

      La sudoración es nuestro principal mecanismo de enfriamiento, pero conlleva una pérdida significativa de líquidos y electrolitos esenciales:

          • Agua: Representa aproximadamente el 99% del sudor, con pérdidas que pueden alcanzar los 2-3 litros por hora en condiciones extremas.
          • Sodio: Se pierden entre 20-80 mmol/L de sodio a través del sudor, siendo el electrolito que más se pierde.
          • Potasio: Las pérdidas oscilan entre 4-8 mmol/L, afectando la función muscular y nerviosa.
          • Magnesio y calcio: Aunque en menor cantidad, su pérdida puede contribuir a calambres musculares.

      La tasa de sudoración varía significativamente según factores individuales como el peso corporal, nivel de aclimatación al calor, condición física y genética. En el clima mediterráneo español, caracterizado por altas temperaturas y humedad variable según la región, estas pérdidas pueden intensificarse, especialmente en zonas costeras donde la humedad dificulta la evaporación del sudor.

      Riesgos de la deshidratación estival

      La deshidratación durante el verano puede manifestarse rápidamente y progresar hacia condiciones graves si no se atiende a tiempo:

          • Agotamiento por calor: Ocurre cuando la temperatura corporal alcanza los 38-40°C, manifestándose con fatiga intensa, mareos, náuseas y piel fría y húmeda. Según datos de la Sociedad Española de Medicina de Urgencias, representa el 65% de las emergencias relacionadas con el calor durante el verano.
          • Golpe de calor: Condición potencialmente mortal que se produce cuando la temperatura corporal supera los 40°C. Los síntomas incluyen confusión, convulsiones, pérdida de consciencia y daño orgánico. La tasa de mortalidad puede alcanzar el 10-50% si no se trata adecuadamente.
          • Cálculos renales: La concentración de minerales en la orina debido a la deshidratación aumenta el riesgo de formación de cálculos. Estudios del Hospital La Paz de Madrid indican un incremento del 30% en los casos durante los meses de verano.
          • Deterioro cognitivo: Una deshidratación del 2% puede reducir la atención, memoria a corto plazo y coordinación visomotora hasta en un 20%, afectando actividades cotidianas y aumentando el riesgo de accidentes.

      Necesidades Hídricas Según Actividad y Persona

      Cálculo personalizado según peso y actividad

      Las necesidades de hidratación varían significativamente entre individuos y deben personalizarse considerando diversos factores:

      Según el peso corporal:

          • Fórmula básica: 30-35 ml de agua por kilogramo de peso corporal
          • Ejemplo: Una persona de 70 kg necesitaría entre 2.1-2.5 litros diarios en condiciones normales

      Según nivel de actividad física:

          • Actividad ligera (pasear, tareas domésticas): Añadir 300-500 ml adicionales
          • Actividad moderada (ciclismo recreativo, natación suave): Añadir 500-700 ml adicionales
          • Actividad intensa (running, deportes de equipo): Añadir 700-1000 ml adicionales
          • Actividad muy intensa (maratón, ciclismo de competición): Añadir 1000-1500 ml adicionales

      Ajustes por condiciones climáticas

      El clima español presenta variaciones significativas que requieren ajustes específicos en la hidratación:

      Zonas de interior (Madrid, Castilla-La Mancha, Extremadura):

          • Calor seco con temperaturas que pueden superar los 40°C
          • Incrementar la ingesta base en 500-700 ml por cada 5°C por encima de 25°C
          • Priorizar la hidratación preventiva, bebiendo antes de sentir sed

      Zonas costeras mediterráneas (Cataluña, Valencia, Murcia, Andalucía):

          • Combinación de calor y humedad que dificulta la evaporación del sudor
          • Aumentar la ingesta base en 600-800 ml y priorizar bebidas con electrolitos
          • La sensación térmica puede ser hasta 5°C superior a la temperatura real

      Zonas del norte (Galicia, Asturias, Cantabria, País Vasco):

          • Clima más templado pero con episodios de calor intenso
          • Incrementar la ingesta base en 300-500 ml durante olas de calor
          • Mantener especial atención a la hidratación por la falsa sensación de menor necesidad

      Zonas de montaña y alta altitud:

          • Mayor radiación solar y deshidratación por respiración
          • Aumentar la ingesta base en 400-600 ml por cada 1000 metros de altitud
          • Considerar que la sensación de sed puede disminuir en altitud

      Necesidades especiales (niños, ancianos, embarazadas)

      Niños:

          • Mayor proporción de agua corporal (70-75% frente al 60% de los adultos)
          • Mayor superficie corporal en relación a su masa, lo que aumenta las pérdidas por sudor
          • Menor capacidad para regular la temperatura corporal
          • Recomendaciones: 
            • 1-3 años: 1.3 litros diarios (incrementar 30% en verano)
            • 4-8 años: 1.6 litros diarios (incrementar 30% en verano)
            • 9-13 años: 2.1 litros diarios (incrementar 30-40% en verano)
            • Ofrecer agua cada 15-20 minutos durante actividades al aire libre
            • Vigilar el color de la orina y la frecuencia de micción

      Adultos mayores (>65 años):

          • Disminución de la sensación de sed (hasta un 40% menos que adultos jóvenes)
          • Menor contenido de agua corporal (50-55%)
          • Función renal reducida y mayor riesgo de deshidratación
          • Recomendaciones: 
            • Establecer horarios fijos de hidratación, independientemente de la sed
            • Consumir 2-2.5 litros diarios, incrementando 25% en verano
            • Evitar salidas en horas de máximo calor (12:00-17:00)
            • Monitorizar signos como sequedad de mucosas, confusión o mareos

      Embarazadas y lactantes:

          • Aumento del volumen sanguíneo (40-50% durante el embarazo)
          • Mayor riesgo de sobrecalentamiento por cambios hormonales
          • Necesidades hídricas aumentadas para producción de leche materna
          • Recomendaciones: 
            • Embarazadas: 2.3-2.5 litros diarios, incrementando 500-700 ml en verano
            • Lactantes: 2.5-3 litros diarios, incrementando 700-900 ml en verano
            • Priorizar agua mineral natural con bajo contenido en sodio
            • Evitar exposición prolongada al calor y mantener hidratación constante

      Señales de Alerta: Reconoce la Deshidratación

      Síntomas leves y moderados

      Síntomas leves (1-2% de pérdida de peso corporal):

          • Sed persistente y boca seca
          • Orina de color amarillo oscuro y en menor cantidad
          • Fatiga leve y dolor de cabeza
          • Piel seca y sensación de calor
          • Disminución de la concentración y agilidad mental

      Estos síntomas iniciales suelen pasar desapercibidos, especialmente durante actividades recreativas o en entornos festivos veraniegos. Sin embargo, representan las primeras señales de alerta que el cuerpo emite cuando comienza a deshidratarse.

      Síntomas moderados (3-5% de pérdida de peso corporal):

          • Mareos y sensación de debilidad
          • Calambres musculares, especialmente en piernas y abdomen
          • Piel seca y caliente con disminución de la elasticidad
          • Disminución notable de la producción de sudor
          • Irritabilidad y cambios de humor
          • Aumento de la frecuencia cardíaca y respiratoria
          • Dolor de cabeza intenso
          • Sensación de hormigueo en extremidades

      La deshidratación moderada requiere atención inmediata. Estudios del Hospital Clínic de Barcelona indican que hasta un 65% de las personas que experimentan estos síntomas no los asocian correctamente con la deshidratación, atribuyéndolos erróneamente al cansancio o al calor.

      Cuándo buscar atención médica

      Se debe buscar atención médica inmediata si se presentan los siguientes síntomas, que pueden indicar deshidratación severa (>5% de pérdida de peso corporal) o complicaciones relacionadas con el calor:

          • Confusión, desorientación o dificultad para mantenerse consciente
          • Fiebre superior a 39°C
          • Ausencia de sudoración a pesar del calor
          • Convulsiones o espasmos musculares intensos
          • Pulso rápido y débil
          • Respiración acelerada y superficial
          • Presión arterial baja (hipotensión)
          • Piel extremadamente seca, caliente y enrojecida
          • No orinar durante 8 horas o más
          • Vómitos persistentes que impiden la rehidratación oral

      Estos síntomas constituyen una emergencia médica y requieren atención hospitalaria inmediata. El retraso en el tratamiento puede provocar daños orgánicos permanentes o incluso la muerte, especialmente en niños pequeños y adultos

      Prevención proactiva

      La prevención de la deshidratación durante el verano debe ser proactiva y consistente:

      Estrategias de hidratación preventiva:

          • Comenzar el día con un vaso de agua mineral natural (250-300 ml)
          • Establecer recordatorios para beber cada 30-45 minutos
          • Consumir 150-200 ml de agua 15-20 minutos antes de salir al exterior
          • Llevar siempre una botella de agua reutilizable (preferiblemente térmica)
          • Programar alarmas en el móvil durante actividades al aire libre

      Monitorización personal:

          • Controlar el color de la orina (debe ser amarillo claro)
          • Pesarse antes y después de actividades intensas (cada kg perdido equivale a 1 litro de líquido)
          • Observar la frecuencia de micción (idealmente cada 3-4 horas)
          • Utilizar aplicaciones móviles de seguimiento de hidratación

      Adaptación del entorno:

          • Climatizar espacios interiores manteniendo temperaturas entre 24-26°C
          • Utilizar ventiladores para mejorar la circulación del aire
          • Instalar toldos o sombrillas en espacios exteriores
          • Programar actividades al aire libre antes de las 11:00 o después de las 19:00
          • Usar ropa ligera, transpirable y de colores claros

      Alimentación complementaria:

          • Aumentar el consumo de frutas y verduras con alto contenido de agua (sandía, melón, pepino, tomate)
          • Preparar sopas frías como gazpacho o salmorejo
          • Incluir ensaladas frescas en las comidas principales
          • Limitar el consumo de alimentos procesados con alto contenido en sal

       

      Estrategias de Hidratación para el Verano

      Protocolos de hidratación diaria

      Protocolo básico de hidratación estival:

            • Al despertar (6:00-8:00):
              • Beber 250-300 ml de agua mineral natural a temperatura ambiente
              • Opcional: añadir unas gotas de limón para activar el metabolismo
            • Desayuno (8:00-9:00):
              • Incluir una fruta con alto contenido de agua (naranja, melón)
              • Acompañar con 200 ml de agua o infusión sin azúcar
            • Media mañana (10:30-11:00):
              • Consumir 300-350 ml de agua mineral natural
              • Alternar con infusiones frías (té verde, menta) si se desea variedad
            • Antes de la comida (13:30-14:00):
              • Beber 200 ml de agua 15-20 minutos antes de comer
              • Evitar bebidas muy frías que pueden provocar digestiones pesadas
            • Durante la comida (14:00-15:00):
                • Consumir 250-300 ml de agua a pequeños sorbos
              • Incluir ensaladas o sopas frías como primer plato
            • Media tarde (17:00-18:00):
              • Beber 300-350 ml de agua mineral natural
              • Complementar con una pieza de fruta rica en agua (sandía, fresas)
            • Antes de la cena (20:30-21:00):
              • Consumir 200 ml de agua 15-20 minutos antes de cenar
              • Optar por infusiones digestivas si se prefiere
            • Durante la cena (21:00-22:00):
              • Beber 200-250 ml de agua a pequeños sorbos
              • Incluir verduras con alto contenido de agua en la cena
            • Antes de dormir (22:30-23:00):
              • Consumir 150 ml de agua (no más para evitar interrupciones del sueño)
              • Dejar un vaso de agua en la mesita de noche

      Adaptaciones según el perfil:

            • Trabajadores en oficinas: Mantener una botella visible en el escritorio y establecer recordatorios cada hora
            • Trabajadores al aire libre: Aumentar la ingesta en un 40-50% y programar pausas obligatorias de hidratación
            • Personas mayores: Establecer horarios fijos independientemente de la sensación de sed
            • Deportistas: Implementar protocolos específicos según tipo e intensidad de entrenamiento

       

      Hidratación durante actividades al aire libre

      Preparación previa:

          • 2-3 horas antes: Consumir 400-600 ml de agua mineral natural
          • 30 minutos antes: Beber 200-300 ml adicionales
          • Planificar puntos de reabastecimiento o llevar suficiente agua (calcular 1 litro por cada 1-2 horas de actividad)

      Durante actividades recreativas:

          • Playa/piscina: Beber 200-250 ml cada 30 minutos, incluso dentro del agua
          • Senderismo: Consumir 150-200 ml cada 20 minutos, aumentando en pendientes
          • Turismo urbano: Llevar botella térmica y beber 150 ml cada 30 minutos
          • Parques temáticos: Aprovechar fuentes y puntos de hidratación, consumiendo al menos 200 ml cada hora

      Durante actividades deportivas:

          • Ciclismo: Beber 150-200 ml cada 15-20 minutos, alternando agua y bebidas isotónicas en recorridos >1 hora
          • Running: Consumir 100-150 ml cada 15 minutos, utilizando cinturones de hidratación o planificando rutas con fuentes
          • Deportes de equipo: Aprovechar pausas y tiempos muertos para hidratarse (100-150 ml)
          • Deportes de playa: Aumentar la ingesta en un 30% debido a la combinación de sol, arena y viento

      Recuperación posterior:

          • Primera hora: Reponer el 150% del peso perdido durante la actividad
          • Incluir electrolitos si la actividad duró más de 60 minutos o provocó sudoración intensa
          • Consumir frutas con alto contenido de agua para complementar la rehidratación
          • Monitorizar el color de la orina en las 3-4 horas posteriores

       

      Alternativas al agua mineral (infusiones, frutas, etc.)

      Infusiones frías:

          • Té verde con menta: Propiedades antioxidantes y refrescantes
          • Hibisco con frutos rojos: Rico en vitamina C y minerales
          • Rooibos con limón: Sin cafeína y con propiedades antiinflamatorias
          • Manzanilla con naranja: Digestiva y calmante

      Preparación: Infusionar en agua caliente, dejar enfriar y refrigerar. Consumir en las 24 horas siguientes para mantener propiedades y frescura.

      Aguas saborizadas naturalmente:

          • Agua con pepino, limón y menta: Depurativa y refrescante
          • Agua con fresas y albahaca: Antioxidante y digestiva
          • Agua con sandía y jengibre: Hidratante y energizante
          • Agua con cítricos y romero: Estimulante del sistema inmune

      Preparación: Macerar las frutas y hierbas en agua durante al menos 2 horas en refrigeración. Consumir en el mismo día.

      Frutas y verduras hidratantes:

          • Sandía (96% agua): Una ración de 200g aporta el equivalente a un vaso de agua
          • Melón (90% agua): Rico en potasio y vitamina C
          • Pepino (96% agua): Bajo en calorías y con efecto diurético natural
          • Tomate (94% agua): Aporta licopeno y antioxidantes
          • Lechuga (95% agua): Ideal para ensaladas veraniegas hidratantes

      Sopas frías tradicionales españolas:

          • Gazpacho: Combinación perfecta de hidratación y nutrientes
          • Salmorejo: Más denso y nutritivo, ideal como plato principal
          • Ajoblanco: Aporta grasas saludables de los frutos secos
          • Porra antequerana: Variante del gazpacho con mayor contenido en pan

      Bebidas caseras isotónicas naturales:

          • Agua de coco con un toque de sal marina y limón
          • Limonada casera con un poco de sal y miel
          • Agua con melón, menta y una pizca de sal del Himalaya

       

      Mitos y Verdades sobre la Hidratación Estival

      El mito de los 8 vasos

      Mito: «Todo el mundo debe beber exactamente 8 vasos de agua al día, independientemente de sus circunstancias personales.»

      Verdad: Las necesidades hídricas son altamente individualizadas y dependen de múltiples factores como el peso corporal, nivel de actividad física, condiciones climáticas y estado de salud. La recomendación de los 8 vasos (aproximadamente 2 litros) surgió como una simplificación que no considera estas variables personales.

      Evidencia científica: Un estudio publicado en el European Journal of Clinical Nutrition analizó las necesidades hídricas en diferentes poblaciones europeas, concluyendo que pueden variar entre 1.5 y 3.5 litros diarios dependiendo de factores individuales y ambientales. Durante el verano español, estas necesidades pueden aumentar entre un 20-40%.

      Recomendación personalizada: Utilizar la fórmula de 30-35 ml por kilogramo de peso corporal como punto de partida, ajustando según actividad física y condiciones ambientales. Monitorizar el color de la orina como indicador práctico: un tono amarillo pálido indica hidratación adecuada.

      Bebidas deportivas vs. agua mineral

      Mito: «Las bebidas deportivas son siempre mejores que el agua para hidratarse durante el verano.»

      Verdad: El agua mineral natural es la mejor opción para la hidratación cotidiana y actividades de baja a moderada intensidad. Las bebidas deportivas (isotónicas) están formuladas específicamente para reponer electrolitos y proporcionar carbohidratos durante ejercicios intensos o prolongados (>60-90 minutos) o en condiciones de calor extremo.

      Composición comparativa:

          • Agua mineral natural: 0 calorías, minerales naturales en cantidades variables según el origen
          • Bebidas isotónicas comerciales: 80-120 calorías por litro, 500-700 mg de sodio/L, 6-8% de carbohidratos

      Cuándo elegir cada opción:

          • Agua mineral natural: Hidratación diaria, actividades de menos de 60 minutos, temperaturas moderadas
          • Bebidas isotónicas: Ejercicio intenso >60 minutos, sudoración profusa, temperaturas >30°C, deportes de resistencia

      Alternativa saludable: Preparar bebidas isotónicas caseras mezclando agua mineral natural con un poco de zumo de frutas natural, una pizca de sal marina y miel, evitando los aditivos y azúcares refinados de las versiones comerciales.

      ¿El café y el alcohol deshidratan?

      Mito: «El café y las bebidas alcohólicas deben evitarse completamente en verano porque causan deshidratación severa.»

      Verdad sobre el café:

          • El efecto diurético de la cafeína es moderado y temporal, especialmente en consumidores habituales que desarrollan tolerancia
          • Estudios recientes indican que consumos moderados de café (3-4 tazas diarias) pueden contabilizarse parcialmente en la ingesta total de líquidos
          • El café no provoca deshidratación neta cuando se consume en cantidades moderadas

      Recomendaciones para el café en verano:

          • Limitar el consumo a 2-3 tazas diarias, preferiblemente antes del mediodía
          • Acompañar cada taza de café con un vaso de agua mineral natural
          • Considerar opciones como el café frío o con hielo, que pueden resultar más refrescantes

      Verdad sobre el alcohol:

          • El alcohol tiene un efecto diurético significativo, inhibiendo la hormona antidiurética (ADH)
          • Por cada bebida alcohólica se pueden perder hasta 300-350 ml adicionales de líquido
          • El alcohol dilata los vasos sanguíneos, aumentando la pérdida de calor inicialmente pero complicando la termorregulación

      Recomendaciones para el alcohol en verano:

          • Idealmente, evitar o reducir significativamente su consumo durante olas de calor
          • Si se consume, alternar cada bebida alcohólica con un vaso grande de agua mineral
          • Limitar el consumo a ocasiones especiales y evitar beber alcohol durante actividades al aire libre con calor intenso
          • Optar por bebidas con menor graduación y evitar consumirlas durante las horas de máximo calor

      FAQs sobre Hidratación en Verano

      ¿Es mejor el agua fría o a temperatura ambiente para hidratarse en verano?

      El agua a temperatura ambiente (15-21°C) se absorbe más rápidamente que el agua muy fría, ya que el organismo no necesita gastar energía para igualar la temperatura. Sin embargo, el agua ligeramente fresca (10-15°C) puede resultar más apetecible en verano, facilitando un mayor consumo. Lo ideal es encontrar un equilibrio: agua lo suficientemente fresca para ser agradable pero no tan fría que retrase su absorción o cause molestias digestivas.

      ¿Puedo hidratarme adecuadamente solo con frutas y verduras en verano?

      Aunque frutas y verduras con alto contenido de agua (sandía, melón, pepino) contribuyen significativamente a la hidratación, no suelen ser suficientes para cubrir las necesidades hídricas totales en verano. Aproximadamente el 20-30% de nuestra ingesta de líquidos puede provenir de alimentos, pero el 70-80% restante debe obtenerse bebiendo agua y otras bebidas. Una estrategia equilibrada combina el consumo regular de agua mineral natural con una dieta rica en frutas y verduras hidratantes.

      ¿Es cierto que cuando sientes sed ya estás deshidratado?

      Sí, la sed es un mecanismo de alerta tardío que generalmente se activa cuando ya existe una deshidratación del 1-2% del peso corporal. En verano, especialmente en personas mayores y niños, la sensación de sed puede estar aún más retrasada o disminuida. Por ello, es recomendable seguir un patrón de hidratación preventivo, bebiendo regularmente aunque no se sienta sed, especialmente antes, durante y después de actividades al aire libre.

      ¿Cómo puedo ayudar a mis hijos a mantenerse hidratados durante el verano?

      Para fomentar la hidratación en niños durante el verano:

        • Ofrecer agua regularmente, estableciendo rutinas (al despertar, antes de salir, al regresar a casa)
        • Utilizar botellas coloridas o con personajes favoritos
        • Crear aguas saborizadas naturalmente con frutas que les gusten
        • Preparar polos caseros de agua con frutas
        • Establecer «estaciones de hidratación» en casa con jarras decoradas
        • Dar ejemplo bebiendo agua regularmente
        • Convertir la hidratación en un juego con recompensas por cumplir objetivos

      ¿Las personas con problemas cardíacos o renales deben seguir las mismas recomendaciones de hidratación?

      No. Personas con insuficiencia cardíaca, enfermedad renal crónica o que toman ciertos medicamentos (diuréticos, algunos antihipertensivos) pueden tener restricciones en la ingesta de líquidos o necesidades especiales de electrolitos. Estos pacientes deben consultar con su médico para recibir recomendaciones personalizadas de hidratación durante el verano, ya que tanto la deshidratación como la sobrehidratación pueden ser peligrosas en su caso.

      Conclusión

      Mantener una hidratación óptima durante el verano español no es solo una cuestión de bienestar, sino una necesidad fisiológica fundamental para proteger nuestra salud. A lo largo de esta guía, hemos explorado cómo las altas temperaturas estivales aumentan significativamente nuestras necesidades hídricas y cómo una estrategia personalizada de hidratación puede marcar la diferencia en nuestra calidad de vida durante los meses más calurosos.

      La clave para una hidratación efectiva reside en la personalización y la prevención. Cada persona tiene necesidades únicas basadas en su peso, nivel de actividad, edad y condiciones de salud específicas. Implementar protocolos de hidratación adaptados a estas variables, reconocer las señales tempranas de deshidratación y actuar proactivamente son hábitos que pueden integrarse fácilmente en nuestra rutina diaria.

      El agua mineral natural, con su equilibrio de minerales esenciales, sigue siendo la mejor opción para mantener la hidratación cotidiana, complementada estratégicamente con otras fuentes como frutas, verduras e infusiones naturales. Durante actividades intensas o prolongadas, las bebidas isotónicas pueden ofrecer beneficios adicionales, especialmente cuando la sudoración es profusa.

      Este verano, convierte la hidratación en una prioridad consciente. Tu cuerpo te lo agradecerá con mayor energía, mejor rendimiento físico y mental, y una mayor resistencia a los efectos del calor. La hidratación adecuada es, sin duda, uno de los hábitos más sencillos y a la vez más impactantes que puedes adoptar para disfrutar plenamente de la temporada estival.

       

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